EL ASPERGER EN EL ÁMBITO ESCOLAR

     El Síndrome de Asperger forma parte de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Es un trastorno del neurodesarrollo; el cerebro de la persona con Síndrome de Asperger funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las acciones diarias. 

    Tiene características generales al Autismo, pero no son lo mismo, puesto que una persona  con Síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población. 

    No entraremos en detalle de todas las dificultades y la forma de comunicación de un Asperger, pero si hemos de destacar ciertas características para poder hacer una buena conclusión sobre si en el ámbito escolar se debe o no saber si un niño padece este síndrome. Debemos tener en cuenta que el Síndrome debe estar diagnosticado, aspecto que damos por hecho se cumple. 

    Las personas que padecen este síndrome tiene dificultad para entender la comunicación no verbal y por tanto los mensajes que esta transmite, también entienden las cosas de manera literal por lo que no entiendes chistes, ironías, sarcasmos... En cuanto a las relaciones sociales, son personas a las que les cuesta mucho relacionarse, puesto que no comprenden bien cosas más allá de la teoría, quienes lo padecen saben cuáles son sus sentimientos y emociones, pero desconocen como transmitirlas al resto, lo que muchas veces puede suponerles un problema. Su comportamiento es correcto, tanto es así que son sumamente fieles a unas rutinas, a veces, rígidas y repetitivas. Esta rigidez también la siguen en su forma de pensar así como en el desarrollo de actividades, por lo que hacer ciertas actividades que se salen de la norma  pueden ocasionarle dificultades o problemas. Por último, son muy apasionados en sus temas de interés y ciertos estímulos ambientales pueden resultarles molestos e incluso dolorosos. 

     Teniendo en cuenta estos aspectos, y desde mi opinión personal, considero que las familias deben comunicar a los centros educativos que el alumno padece Asperger. Sinceramente creo que este gesto puede ser muy positivo para quien lo padece, pues una vez que el centro educativo lo saben, y los compañeros y profesores tienen constancia de ello, pueden aplicarse ciertas medidas para ayudar a estas personas a integrarse. También creo que si esto no se comunica puede tener consecuencias negativas como un posible abuso por parte de sus compañeros. Muchas veces los alumnos somos crueles e indiferentes hacia personas que no forman parte de "nuestro grupo", pero también creo que si se conoce y somos conscientes del problema que tiene otro compañero, seríamos capaces de comprender sus actos (actos que seguramente el desconocimiento nos habría hecho tacharlo de rarito) e intentar ayudarlo en todo lo que este en nuestra mano. 

     Por eso, yo creo que se debe comunicar a los centros escolares el padecimiento del Asperger. Dado que las características de este, hacen a quien lo padece tener comportamientos diferentes y especiales que se podrían llegar a entender en la clase. Y podrían integrarlo de mejor forma en el aula, colaborando con sus necesidades y teniendo en cuenta que en dicho aula no actúan todos por igual, sino que hay alguien diferente y hay que ayudarlo para que todo el mundo este en igualdad de condiciones.   

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